domingo, 25 de enero de 2009

HUELGA JUDICIAL, LA PANACEA UNIVERSAL.

Llevo años quejándome del funcionamiento de la justicia, casi desde que empecé a ejercer la abogacía, no por la tardanza en sí de los procedimientos, que no creo que sea tanta como se dice, al menos en las capitales de provincia, ni por la calidad de las sentencias y de los jueces, sino porque la Justicia, además de uno de los tres poderes del estado (legislativo, ejecutivo y judicial) es un servicio público y como tal está supeditado al ciudadano y no éste a aquél. Aunque sea reiterativo el asunto y simplificando mucho, el derecho del ciudadano a la justicia está recogida en el título I de la Constitución, De los derechos y Libertades Fundamentales, siendo un derecho fundamental de cada ciudadano.

Las esperas deberían estar desterradas en todos los ámbitos de la vida, desde las relaciones personales entre particulares a la realización de un servicio profesional o la prestación de un servicio público. No puedo entender porqué cuando vas al médico del servicio público de salud sabes únicamente a la hora que supuestamente estás citado pero nunca sabes a qué hora vas a acabar.

Las esperas en la justicia son algo consustancial a la misma. Salvo honrosas excepciones, raro es el Juzgado en el que no tienes que soportar unos retrasos, incluso de horas en ocasiones, para la celebración de un Juicio, una declaración o cualquier otra diligencia a realizar. Muchas han sido las quejas verbales que hemos realizado los abogados a nuestros colegios profesionales, sin recibir solución alguna.

Habitualmente, los Juzgados citan para la realización de un Juicio de Faltas, o civil, o por despido o …, cada 5 minutos, en otros cada 10 y alguno prevé que el juicio es largo y le concede en su agenda 30 minutos, aunque lo habitual en todos los casos es que el tiempo se triplique o quintuplique. Es materialmente imposible celebrar un juicio de faltas en 10 minutos, pues mientras salen los del juicio anterior, entran y se sientan los abogados y las partes, se abre el juicio con los formalismos legales, y se interroga al inculpado ya se han consumido casi 15. Sangrante era la situación desde la aprobación de los Juicios Rápidos, a los que la misma Policía, desde la comisaría, citaba a los implicados para la celebración del juicio siempre a las 10 de la mañana, con lo que podían estar previstos 15 juicios para las diez de la mañana, y haber personas que llegaran a esa hora y salieran a las tres, sin ni siquiera poder abandonar el Juzgado para tomar algo por la incertidumbre de cuándo le iba a tocar.

En cierto sentido el sistema no era malo, porque si el motivo del Juicio era alguna “gilipollez” como una riña vecinal, acababas yéndote aburrido sin celebrarlo, con lo que siempre había varias anulaciones de juicios que aligeraban algo la agenda del día. Igual pasaba en despidos y otras reclamaciones laborales de pequeña entidad que acababan arreglándose extrajudicialmente sin la celebración del pretendido juicio. Esta situación venía de antiguo por lo que ningún juez se planteaba cambiarlo, creo que sin maldad, pero resultaba de un desprecio absoluto al justiciable, que no es otra cosa que el administrado, el que debe recibir el servicio público, aquél que con sus impuestos sostiene la justicia y elige al legislador y …

Ahora todo está cambiando. La huelga de la justicia, cuya motivación desconozco y no me importa, pero que apoyo en cuanto todo lo que están pidiendo me parece lógico, puede acabar de alguna forma con gran parte de las esperas que “denuncio”, incluso con la lentitud a la hora de dictar sentencia, ya que probablemente se aligere la carga de trabajo que soportan la mayoría de los juzgados y que, nadie lo dude, es cierta, si acaban dotando a la Justicia de los medios materiales y personales que reclaman.

El conflicto está llevando a adoptar soluciones en todas las áreas, así los Jueces de Instrucción de Córdoba ha acordado que se va a citar a las partes en los Juicios Rápidos a una hora concreta, no todos a la misma hora, estableciendo además una duración por cada juicio de veinte minutos, y diez minutos más si hay más partes en el juicio o testigos. Esto va a significar que ni el ciudadano ni el abogado tendrá que llegar a una hora, la que se le ha citado y salga 3 horas después, y, entiendo que, so pretexto de mejorar el servicio al ciudadano se le está metiendo presión al gobierno por la carga de trabajo, que se solventaba con la celebración de treinta juicios en una mañana, aunque tuvieras que esperar 3 horas para la celebración del tuyo.

Supongo que los jueces han decidido que ya está bien de solucionar el problema de acumulación de juicios y con apoyo en una legislación aprobada pro ciudadano en el uso de la justicia ha adoptado una decisión que va a provocar, probablemente, una dilación en la duración de los procesos pero una mejora del problema planteado.

Los abogados siempre hemos pensado que entraba dentro de nuestro “sueldo” la espera para la celebración de juicios o diligencias, incluso los peritos, que cobraban más por la ratificación de un informe ante el Juez que por la redacción, amparándose que en lo primero perdían seguro toda la mañana, y siendo nuestro trabajo lo llevábamos con resignación, pero nunca entendía que un trabajador perdiera una mañana entera de trabajo por asistir como testigo a un juicio. Ojalá que el conflicto de los jueces, llegue a huelga o no, conlleve una continua reflexión del funcionamiento de la administración de justicia y pase a ser un buen servicio público.

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