domingo, 22 de febrero de 2009

CRISIS TAMBIÉN EN LAS IDEAS

Como ya ni siquiera ZP niega la crisis económica, que enmascaró bajo perífrasis tan llamativas como suave aterrizaje, desaceleración y otra serie de zarandajas muy propias del personaje, y como todos tenemos claro, más bien oscuro, el futuro tan incierto que nos queda, veo y sufro como existe también una crisis de ideas bastante peligrosa en casi todo lo que me rodea para tratar de salir de la peligrosa situación económica en la que están sumidas las empresas.
Las soluciones que se han planteado hasta ahora ha sido un recorte de gastos de personal, echando al paro a la mitad de las plantillas, que son como el fuelle de un acordeón, adaptándose a las necesidades de las empresas que engordan y adelgazan a una velocidad fulgurante y sin demasiado coste, algún recorte de gastos, petición de ayudas al estado, al que siempre le han pedido que no intervenga y unas brutales campañas comerciales con bajadas de precios y promociones vinculadas, comprando por el mismo precio que antes el 50% más.
La publicidad telefónica, que siempre ha sido asfixiante, no respeta ni un segundo a los posibles clientes, como pueda ser un despacho. Resulta sorprendente que no ofrecen nada nuevo, los mismos productos de antes, las mismas técnicas pero más zafias, intentando vincularte como cliente habitual, cuando ni tan siquiera lo has sido y como mucho aceptaste un envío publicitario varios años antes.
Es realmente complejo solucionar los problemas económicos de cualquier empresa que ha visto descender su ventas y pedidos más de un 50% en un año y prevé peor situación para el siguiente, pero llama la atención que, contra los que dicen que de las crisis se sale reforzado por aumentar la imaginación y la creatividad ante la acuciante falta de recursos, no veo nada novedoso en publicidad y técnicas de venta, echo en falta alguna iniciativa que me haga comprar lo que me ofrecen y no lo mismo de siempre pero más agobiante y agresivo, lo que me hace pensar que nos acostumbramos demasiado fácil a los periodos provechosos, aquellos en los que todo se vendía rápido y a cualquier precio, periodos de vacas gordas, que han sido tan largos, que ha provocado incluso una crisis en las ideas.